Esa noche conocí a un chef francés que había cambiado la vida en velero por una linda crepería en Río Dulce. Hace las crepas como las ha comido desde niño y ha perfeccionado sus recetas con ingredientes locales y el gusto guatemalteco. No pude resistirme a probar la crepa Lodève de cuatro quesos, que combina queso de cabra, queso azul, emmental y mozzarella, en una salsa cremosa que pareciera derretirse en la boca.